“Un día volvía a casa y me encontré a mamá llorando. Le pregunté qué le pasaba.
Me dijo que tenía que hablar conmigo, pero que no podía hacerlo mientras yo entraba y salía (siempre andaba de acá para allá). Me dijo que mejor hablábamos cuando volviera de trabajar. Lloraba tanto que decidí quedarme. Le preguntaba y le preguntaba y ella sólo lloraba. Casi no podía hablar. Le pregunté si tenía que ver con papá, con ella. Me dijo que con los tres. Y entonces, no me pregunte por qué, yo nunca sospeché, lo cierto es que, ante su silencio y su llanto, le pregunté
¿es que no soy hija de ustedes? Y ella me dijo: ¿quién te lo dijo?
Ahí fue cuando me di cuenta de lo que había dicho”

>Leer la recomendada de la semana
“Yo fui un regalo, pero robado”
2 comentarios:
wow, very special, i like it.
Gracias! la voy a leer.
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