Aviso: es este el post más extenso que hasta aquí he escrito (perdón). Jose Alessi, Oscar Laborde, Rubén García, Manuel “Gallego” Vázquez, Damián Paz, Mónica López y el actual intendente, Baldomero “Cacho” Álvarez. Estos siete nombres aparecen en las calles de Avellaneda con afiches que agitan sus respectivas candidaturas para gobernar la sureña ciudad del conurbano bonaerense. Álvarez (ha gobernado de 1991 a 1999 y de 2003 a la actualidad) va por su cuarto mandato mientras que Laborde (por la Alianza, estuvo del ’99 al ’03) pretende regresar. Pero tienen una peculiaridad: todos pretenden el apoyo de Kirchner. Así lo muestran los afiches de cada uno. Lamentablemente, similar panorama observo en varios otros Partidos de la provincia de Buenos Aires (no podría aseverarlo en el resto del país).
¿Pingüino o Pingüina? Contra K: ¿juntos o separados? La falta de respuestas a nivel nacional (y también, en menor grado, en la provincia de Buenos Aires) hace que en una buena cantidad de comunas aún no se vea con claridad quiénes serán los distintos candidatos a intendente (y, menos aún, a concejales...). La gran mayoría quiere prenderse de alguna forma del poder (y la caja y sus votos) de Kirchner. Y quienes no pretenden ello, aún buscan quién es el tutor más adecuado para llevarlos de la mano.
Luego de este fin de semana puede comenzar a definirse varias cosas respecto a las elecciones de octubre (nacionales y bonaerenses). Obviamente, con su victoria en la Ciudad se forjará alrededor de Mauricio Macri un polo opositor. Pero, lamentablemente para algunos, no será el único. Es que Elisa Carrió, luego de su errado apoyo a Jorge Telerman, ratificó su postulación para las presidenciales. Y su poder de convocatoria, que sufrió un fuerte golpe tras las elecciones porteñas, podría recibir un mimo “impensado” si en Tierra del Fuego la diputada Fabiana Ríos se impone en el ballottage que la enfrentará a Hugo Cóccaro (Frente para la Victoria).
¿Pingüino o Pingüina? Contra K: ¿juntos o separados? La falta de respuestas a nivel nacional (y también, en menor grado, en la provincia de Buenos Aires) hace que en una buena cantidad de comunas aún no se vea con claridad quiénes serán los distintos candidatos a intendente (y, menos aún, a concejales...). La gran mayoría quiere prenderse de alguna forma del poder (y la caja y sus votos) de Kirchner. Y quienes no pretenden ello, aún buscan quién es el tutor más adecuado para llevarlos de la mano.
Luego de este fin de semana puede comenzar a definirse varias cosas respecto a las elecciones de octubre (nacionales y bonaerenses). Obviamente, con su victoria en la Ciudad se forjará alrededor de Mauricio Macri un polo opositor. Pero, lamentablemente para algunos, no será el único. Es que Elisa Carrió, luego de su errado apoyo a Jorge Telerman, ratificó su postulación para las presidenciales. Y su poder de convocatoria, que sufrió un fuerte golpe tras las elecciones porteñas, podría recibir un mimo “impensado” si en Tierra del Fuego la diputada Fabiana Ríos se impone en el ballottage que la enfrentará a Hugo Cóccaro (Frente para la Victoria).
No obstante, no todos están a la expectativa de ver cómo se mueven las piezas del ajedrez. En el Partido de La Costa, esta semana estuvo de visita el colombiano Francisco de Narváez, precandidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires. El empresario que en otros tiempos ha apoyado a Carlos Menem, a Eduardo Duhalde y a Macri, aprovechó para dar a conocer a su “hombre” en el Partido: Guillermo Magadán. Lamentablemente no hago referencia a éste Magadán, sino a quien ya fuese Intendente del Partido de la Costa de 1995 a 2003. La nueva política.
1 comentario:
MACRI es el proyecto privatizador y autoritario. Es el proyecto de López Murfy (ese que fue Ministro de Economía en la época de De la Rúa y duró una semana, ese López Murfy que dijo que la Universidad no tenía que ser gratuita). Es también el proyecto de Sosbich (ese gobernador neuquino), es el proyecto del ex ingeniero Bloomberg. Es el proyecto de las escuelas charter y el de la Organización Mundial de Comercio.
De burbujas de colores ya vivimos en la época de Menem.
Y a no confundirse: que el equipo de Boca sea bueno tiene que ver con el técnico, no con el administrador del club. Basta de burbujas de colores que después será tarde.
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