11.9.13

Més que un club

No sólo es el equipo de fútbol más admirado del mundo y el que alberga los sueños deportivos de Messi, Mascherano y –desde este año– el “Tata” Martino. Se trata de una institución que aboga por lo social desde los hechos y una política solidaria comprometida.

La foto es del primer equipo del flamante FC Barcelona, en 1899.

Resulta extraño caminar por las soleadas calles de Barcelona y no advertir en cada uno de los viejos y cuidados edificios hogareños al menos una bandera de Cataluña colgada desde los pintorescos balcones. Con bastones rojos y amarillos, resulta una marca de identidad de una tierra, una provincia, situada en el sudeste de España, que se siente un país aparte. Y así lo reclaman, de hecho, movimientos independistas cada vez más fuertes. La lengua oficial en este territorio es el catalán. Otro ejemplo: el diario más vendido, La Vanguardia, imprime todos los días una edición en catalán y otra, idéntica pero con menos tirada, en castellano. Las encuestas y nomás al conversar con sus ciudadanos lo ratifican: la mayoría no se siente español. Se siente catalán, a secas.

En medio de este microclima se encuentra la institución más admirada por el planeta deportivo mundial. El orgullo de la ciudad. Más que eso: una rama de la ciudad. El FC Barcelona. La entidad que desde hace un lustro deslumbra al mundo futbolero y que por estos días vive momentos trascendentes, muy ligados a la Argentina: la aparición de un problema de salud de su entrenador, Tito Vilanova (catalán, claro), abrió la posibilidad de llegar a la dirección técnica del considerado mejor equipo del mundo al rosarino Gerardo Martino, el DT del último campeón del fútbol argentino. Junto al “Tata”, conviven sus compatriotas Javier Mascherano y Lionel Messi, nada menos. Tanta prioridad se da a la cuestión de la identidad, que de los 25 jugadores que forman el primer equipo del FC Barcelona de la presente temporada, 17 se han formado en las divisiones inferiores, la cifra más alta de las últimas décadas (por ejemplo una de sus estrellas, Xavi, arribó con 10 años y ya lleva 23 en el Barça).

De sus logros y conquistas, mucho se ha escrito. Pero no se sabe tanto del pasado y presente del club Barcelona, tan ligado a lo social. Que el poder de la institución trascienda las fronteras españolas está en su génesis: fue fundado en 1899 por un grupo de doce jóvenes, de los cuales seis eran catalanes y otros seis extranjeros (entre ellos el impulsor de los primeros 25 años de historia, el suizo Joan Gamper).

El FC Barcelona siempre estuvo comprometido con la situación social, política y cultural. Comprometido con la democracia, como se esfuerzan por remarcar cada vez que pueden (diferenciándose, de paso, con el archirrival Real Madrid, el club de la realeza). En definitiva, así fue que la Guerra Civil y la llegada del franquismo al poder español dejaron al club con sentencia de muerte. Poco a poco, el club se fue levantando. Pasaron los años, se fueron cumpliendo etapas (en 1957 se inauguró su actual estadio, que con lugar para unos 98 mil espectadores es en la actualidad el de mayor capacidad en Europa) y en 1969 llegó a la presidencia Agustí Montal Costa, con un programa que resultó una revolución pese a no ser demasiado original. Recurrió a volver a ser aquel club impulsado por Gamper y que la guerra y la dictadura de Francisco Franco habían desnudado. En 1973, Montal fue reelegido con un eslogan que hoy se transformó en un sello: “El Barça es más que un club”. Se recuperaron símbolos, identidad y gloria deportiva. Y se agudizó el costado social.

Pasaron los años y el centenario encontró al club en los albores del salto a la fama más grande. Fue así que este costado social, agudizado con el nacimiento en 1994 de la Fundación Barcelona, trascendió las fronteras. Con los títulos internacionales y la trascendencia de nuestro Messi, en 2006 se firmó un acuerdo con Unicef que proyectó la imagen solidaria del Barça a todo el mundo. El acuerdo no ha sido sólo económico (contribuye con 1,5 millones de euros cada año) sino que también se trasladó al plano deportivo, pues es común ver a sus máximas figuras en eventos solidarios. O al mismísimo primer equipo, que suele recorrer ciudades (en especial, en África) colmadas de carencias. Buscan transmitir a niños y adolescentes valores positivos, tomando la práctica deportiva como un medio para promover su crecimiento sano, armónico, siempre alejado de la calle.

Y mientras tanto, en el campo de juego no se cansan de ganar y ganar. Es que, en efecto, se trata de más que un club.

24.7.13

Mi década ganada

Por estos días cumplo diez años trabajando en la revista Campeones, que apareció el 5 de agosto de 2003 (en la foto, la tapa del Nº 1). Es decir, trabajo en este semanario desde previo a su salida a los quioscos: fuimos tres o cuatro personas las que hicimos el número 0.

Llegué a Campeones sin demasiada experiencia. Empecé a estudiar en 1998 y desde entonces había trabajado en distintos medios.

En estos diez años de Campeones, aprendí mucho. Sin falsa modestia, de aquel de 2003 al actual, obviamente escribo mejor, edito mejor, pregunto mejor, investigo mejor. No es un gran mérito: crecí. Crecí a nivel profesional, pero también personal. Llegué a Campeones con 23 años recién cumplidos.

Me di el gusto de entrevistar a personajes riquísimos. También a otros que no tanto. Hice notas e investigaciones que tuvieron mucha repercusión. Hice notas e investigaciones que pasaron con pena y sin gloria.

Conocí a mucha gente valiosa. Entre ellos, compañeros que siempre recordaré. En su momento pagué un derecho de piso enorme (tantas veces he pensado en renunciar). De las personas que tuve y tengo “arriba” aprendí cosas para imitar. Y también de las que no repetiría. Podría escribir un libro con historias (positivas y negativas), anécdotas y recuerdos.

No sé dónde estaré en diez años. Ni siquiera el año que viene. Pero siempre guardaré con cariño estos diez años, con sus blancos y negros.

30.6.12

Como no hacer periodismo

Hoy, Martín Liberman.

-¿Existe el periodismo extorsivo? Esto de “si no me hablás te pego”...
-Claro que existe el periodismo extorsivo y el que diga que no, miente.

-¿Y vos lo hacés?
-Obvio. Tratás de que no, pero terminás cayendo en el error en el que incurren todos: si aquél habló con quien vos estás enemistado, le pegás un palo. ¿Está mal? Claro que está mal, pero se hace. Una vez, un protagonista, cuando yo estaba tiroteado con Mariano (Closs), me dijo: “Si hablo con Mariano te enojás vos, si hablo con vos se enoja él, al final no puedo hablar con nadie”. Y yo le dije: “Tenés razón, estamos muy enfermos”. Es que los periodistas nos transformamos en megafiguras y eso no debió pasar. Nos volvimos muy egocéntricos y vemos todo como una batalla personal. Igual, muchas veces los jugadores son rehenes de nuestras peleas personales pero también nos usan. A mí me han llamado tipos para salir al aire porque no les querían renovar el contrato y cuando lo firmaron no me atendieron más.

23.2.12

La tragedia, en papel


En tiempos de información al instante, cuando un suceso como el ocurrido en Once se produce a primera hora de la mañana, al día siguiente los diarios de papel deben salir a la calle con un plus, para que la información no quede “vieja”. El lector del diario se descuenta que ya está al tanto de lo sucedido.

Ante esto, entre los diarios porteños y nacionales entiendo que la mejor tapa del “día después” fue la de BAE. Mediante una nota realizada por el muy buen periodista Alejandro Bercovich, titula: “TBA utilizó subsidios para comprar dólares y hacer negocios financieros”.


Otro que buscó algo distinto fue el diario deportivo Olé, que dejó de lado el deporte. El resto, en cambio, fue a la noticia dura de la tragedia, sucedida unas 22 horas antes de que el lector tenga en sus manos el diario. Tal vez es uno de los muchos motivos por el que la venta de los diarios de papel en general siguen bajando.


17.2.12

Del Automovilismo para Todos


El inminente anuncio de la cristalización de la estatización de las transmisiones televisivas del Turismo Carretera fue el motivo de la nota que escribí para el diario Perfil, en la edición del domingo.

Se puede leer haciendo clic acá.



25.1.12

Cuando Corsa fue Dakar (parte 2)

Respecto al post anterior, en el que contaba detalles acerca del temporal cambio de nombre de la revista Corsa, me escribió Diego Durruty, director de la revista. Además de aclararme que también la edición que salió el martes 24 se iba a llamar “Dakar”, me brindó más detalles, que me permitió publicar. Copio parte de su mail:

“Aprovecho para explicarte los motivos del cambio de ‘Corsa’ por ‘Dakar’. Primero obedeció a una decisión estratégica para afianzar el producto como lo que fue: especiales dedicados al Dakar aprovechando que Corsa fue el único medio especializado que contó con un periodista (al igual que en el resto de las ediciones) que siguió toda la competencia y también su propio fotógrafo para todo el recorrido, algo inédito en los medios especializados argentinos. Esto último nos permitió, por ejemplo, producir la tapa de la edición que está en la calle y en la que se ve a los Patronelli y a Maffei en la Plaza de Armas de Lima.
Cambiar el logo no fue un tema sencillo ya que tuvimos que negociar durante varias semanas con ASO, empresa que se encarga de organizar la carrera. Finalmente, nos autorizó a usar la palabra Dakar por ‘el nivel de producto y calidad informativa’ de CORSA, según sus propias palabras.
Afortunadamente, el nivel de ventas fue muy bueno. Incluso superó la cantidad de ejemplares vendidos en el mismo periodo en años anteriores, cuando a la carrera se le dedicaban muchas menos páginas. También respondieron las empresas, que se prendieron con la idea de tener ediciones especiales dedicadas a esta gran aventura”.