Tras un video de un par de minutos, ingresó Favio al escenario. “Por suerte no pensamos con los pies... Aunque algunos parece que sí”, fue la primera frase que entregó a los micrófonos. Hacía referencia a sus pasos lentísimos, como “perdonando al viento” (cantaría Piero). Así, con esa dosis de humor e inteligencia, despertó la primera gran ovación. Su salud se vio afectada, no su palabra. Su discurso, obvio en él, reflejó su militancia (apoyó a CFK y le regaló en el final un “palito” a Lanata). Aquí, el segmento final de sus palabras. Y una perla, su despedida tras la ovación: un tímido “bueno, chau”.
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