El Flecha Bus no es una flecha. Es las 23:14 de un día que tengo la sensación de la mayor parte de su duración haberlo pasado sentado en el asiento número 35. Allí me ubiqué a las 15:50, en la Terminal de Retiro.
Las luces de Santo Tomé me hicieron ilusionar con el arribo, pero no. Al llegar a Santa Fe, la desazón se repitió. El túnel subfluvial no me dejó lugar para nuevos engaños. Menos, el pintoresco letrero que me dio la bienvenida a Entre Ríos. El Flecha Bus frena sin conocer los motivos. Alcanzo a leer el pretencioso cartel del diario Uno: “Primero en todo”, asegura (¿acaso interesa que un diario sea primero en todo? Y si así fuese, ¿será un motivo por el que la gente se decida a comprarlo? ¿O acaso es preferible que no sea primero en todo pero que, en cambio, sea confiable, riguroso u otras cualidades menos –o más– pretenciosas?).
El motivo del freno, es claro, es “el campo”. Es claro porque nomás bastaba afinar la vista para poder ver poco más de una decena de tractores al costado de la autopista que sirve de acceso a la ciudad. También, algunas menos 4x4. Y carpas con gente al costado intentando calentarse las manos nomás frotándolas. O con un mate. No parece haber gente rica en este “piquete”. Tal vez a esta hora, cuando la temperatura parece ser ínfima, no estén presentes. El prejuicio me hace creer que hay sólo “laburantes”. El prejuicio me lo genero observando sus vestimentas. Sus risas. Sus caras. Y sus manos.
Luego de tres o cuatro minutos, el micro pone primera y volvemos a andar. Llegamos a la Terminal. Me subo al taxi. Y me toca un chofer simpático y charlatán. Que luego de que yo haga unos llamados me cuenta de un amigo que volvió antes a su casa y se encontró a su esposa con su amante cuando el hombre aprontaba el mate. Yo ni le pregunté. Pero él parece feliz con su anécdota. “Que no te vaya a pasar”, desea (¿desea?). Y su risa gentil contagia.
Diez minutos de viaje y llegó al hotel. Ahora sí, ya estamos en Paraná, la única ciudad que se dio el gusto de ser Capital Federal por algún tiempo –sacando a la actual CF, claro–. Este fin de semana corre aquí el TC.
Las luces de Santo Tomé me hicieron ilusionar con el arribo, pero no. Al llegar a Santa Fe, la desazón se repitió. El túnel subfluvial no me dejó lugar para nuevos engaños. Menos, el pintoresco letrero que me dio la bienvenida a Entre Ríos. El Flecha Bus frena sin conocer los motivos. Alcanzo a leer el pretencioso cartel del diario Uno: “Primero en todo”, asegura (¿acaso interesa que un diario sea primero en todo? Y si así fuese, ¿será un motivo por el que la gente se decida a comprarlo? ¿O acaso es preferible que no sea primero en todo pero que, en cambio, sea confiable, riguroso u otras cualidades menos –o más– pretenciosas?).
El motivo del freno, es claro, es “el campo”. Es claro porque nomás bastaba afinar la vista para poder ver poco más de una decena de tractores al costado de la autopista que sirve de acceso a la ciudad. También, algunas menos 4x4. Y carpas con gente al costado intentando calentarse las manos nomás frotándolas. O con un mate. No parece haber gente rica en este “piquete”. Tal vez a esta hora, cuando la temperatura parece ser ínfima, no estén presentes. El prejuicio me hace creer que hay sólo “laburantes”. El prejuicio me lo genero observando sus vestimentas. Sus risas. Sus caras. Y sus manos.
Luego de tres o cuatro minutos, el micro pone primera y volvemos a andar. Llegamos a la Terminal. Me subo al taxi. Y me toca un chofer simpático y charlatán. Que luego de que yo haga unos llamados me cuenta de un amigo que volvió antes a su casa y se encontró a su esposa con su amante cuando el hombre aprontaba el mate. Yo ni le pregunté. Pero él parece feliz con su anécdota. “Que no te vaya a pasar”, desea (¿desea?). Y su risa gentil contagia.
Diez minutos de viaje y llegó al hotel. Ahora sí, ya estamos en Paraná, la única ciudad que se dio el gusto de ser Capital Federal por algún tiempo –sacando a la actual CF, claro–. Este fin de semana corre aquí el TC.
1 comentario:
Me encanta como escribís.
No es blabla, eh, de verdad me gusta.
cheers :)
Publicar un comentario