24.1.08

Mundial

Lo pensaba hoy en mi viaje en Subte a la redacción.
De chico jugaba a la pelota. Y calculaba que para el Mundial de 2002 podía ser convocado para estar en la Selección Nacional. Para ese entonces, tendría 22 años. “Debería ser un crack para que tan joven me convoquen”, pensaba. Y calculaba que Caniggia la “rompió” en Italia ’90 con apenas 23. Debo ser sincero: miraba más al Mundial 2006. Allí tendría 26. Estaría en el pináculo de mi carrera. En la edad justa. Tampoco. Fueron otros los 23 del grupo que en sueños tantas veces integré. Pasó también la Copa América 2007. Y hasta la convocatoria para el próximo amistoso con Guatemala (será Sub 23, tengo de excusa). Como leí alguna vez que dijo alguien (creo que Dolina), “ya futbolista no voy a ser”.
Una pena.
Entonces me voy a poner a escribir.

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